Me tomaba plácidamente el 34, creo, con destino a la Feria del Libro cuando comencé a sentir olor a pollo al spiedo.
Te quiero Que agradable, pensé. Olor a comida rica.
Unos segundos después mi cerebro me hizo entender que el olor provenía del hombre de al lado y ahí me cayó la ficha.
La situación no estaba buena.
2 comentarios:
jajaja le hubieras dado un mordisco, a ver si todavia estaba caliente ajjajaja
Jajaja, a mi me pasa exactamente lo mismo pero con la fugazzeta, de repente mi mente me dice "Que olor a pizza con cebolla"
y resulta que viene del muchacho con el brazo tendido contra mi asiento :(
Publicar un comentario