domingo, 1 de mayo de 2011

Crónica de un finde anunciado

Uno trata de encarar su cumpleaños como si fuese un día cualquiera. Si le preguntan qué siente, intenta decir "nada, que se yo, es un día más". Pero la verdad es que no es un día más, o por lo menos no fue un día más este año. El aire es otro. Te chupan bastante un huevo y un porcentaje del otro cosas que en otro momento te preocupan. Hasta sentís que la gente te mira distinto.
Mi jornada cumpleañera arrancó arriba de un colectivo donde recibí un llamado de mi madre que me hizo recordar dicho suceso. Ahí fue cuando recibí los primeros cálidos abrazos fraternales de mis amigos que me prometieron un regalo para compartir esa noche. Yo ya estaba bastante subido.
La velada seguía siendo lluviosa cuando llegamos a Niceto. Un sujeto extraño de discutibles inclinaciones sexuales nos tachó en su lista y, con la entrada en mano, hicimos la fila. Ingresamos a un Niceto completamente vacío que nos recibió con un enano regalando tequila (que nadie del grupo consumió) y buena música. Sabíamos que se venía algo muy bueno, un recital que esperábamos hacía mucho tiempo.
Mis ojos se posaron sobre El Kuelgue por segunda vez en mi vida y puedo decir que fue uno de los mejores recitales que presencié. Un show de stand up intercalado con geniales canciones que no dejan de ser extensiones del monólogo hechos música. Y una música muy bien tocada.
Pero yo soy un hombre responsable.
No importa si es sábado.
No importa si es mi cumpleaños.
No importa nada.
Hay que laburar. Y yo tenía que laburar a las 6. Y a las 6 laburé.
Aunque las primeras 2 o 3 horas fueron insoportables, sabía que iba a valer la pena cuando saliese, comiese un buen almuerzo cumpleañero, mirara tele, durmiera y me despertara para lo que me esperaba a la noche.
Salí de la cama y me dirigí hacia la ducha. Creo que entre sueños me llamó algún pariente, no estoy seguro.
Ahora bien limpio y descansado caminé hasta el que sería mi salón de fiestas esta noche, Genaro.
Bruno, Santa, Mati, El Pela, Topo, Alan, Joaco, Ema, Nacho y quien les habla fuimos los que disfrutamos de esa cena (Franco y Mr. Lacha se sumaron para el after-dinner). Y cuán agradecido estoy con todos ustedes por haber estado ahí.
Luego de una durísima y democrática elección decidimos continuar la velada en la, ya clásica, morada del Pela donde no faltaron las improvisaciones cómicas, la música y el PES (que, dicho sea de paso, habíamos jurado no jugar).
Cuando el sueño venció a algunos y estaba por vencer a tantos otros, cada uno partió con su propio destino.
La ventaja de cumplir años un 30 de abril es que uno tiene la certeza de que al otro día no tiene NADA para hacer. Y como ahora soy un laburante con todas las letras, me pude dar el lujo de tomarme el día como se merece: durmiendo. Y mucho. Quizá demasiado.
Pero, ¿¡quién carajo me quita lo bailado!?

Les agradezco a todos los que me hicieron llegar sus saludos por cualquier medio de comunicación.
BEST BIRTHDAY, EVA.
Sí, me acabo de dar cuenta de que mi blog es medio un reality show por momentos.

2 comentarios:

pau dijo...

QUE BUENA NOTICIA! VOLVIO EL ENANO A NICETO!!!!!

Anónimo dijo...

Mal mal mal, de toque, subila