Pueden pasar un millón doscientas veintirés mil doce cosas en estos meses.
Puede que para marzo del año que viene no esté en este país o ni siquiera en este contienente.
Puede ser que me quiebré una pierna y no pueda ir.
Puede pasar literalmente, cualquier cosa.
Me comí dos horas de cola en el glorioso Monumental. Hice los mismos pasos que cuando entré a ver a Paul, aunque esta vez no había nadie con hojas A4 con letras de canciones estudiándolas.
Con la compañía de Perros de la Calle se hizo llevadera la espera. Ya tengo mi entrada para ver (completamente dado vuelta, probablemente) a Roger Waters.
Pueden dejar en los comentarios sus nombres si quieren comprarme la entrada, en caso de que no pueda ir en marzo. Sale lista de espera!
No sé, eso. Chau.
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