martes, 21 de junio de 2011

True Story

Estoy más que convencido de que en varias ocasiones, la última anoche, un taxista me miró y, basándose en sus prejuicios y ese vistazo solamente, decidió no parar ni llevarme.
Menos mal que justo paso el 134 que no venía más.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Suele pasar. Cuando te subis bardean a todos y son picantes pero cuando tienen que pararte de noche, son los más cagones del mundo.