Estoy más que convencido de que en varias ocasiones, la última anoche, un taxista me miró y, basándose en sus prejuicios y ese vistazo solamente, decidió no parar ni llevarme.
Menos mal que justo paso el 134 que no venía más.
1 comentario:
Anónimo
dijo...
Suele pasar. Cuando te subis bardean a todos y son picantes pero cuando tienen que pararte de noche, son los más cagones del mundo.
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Suele pasar. Cuando te subis bardean a todos y son picantes pero cuando tienen que pararte de noche, son los más cagones del mundo.
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