Muchos detalles no me acuerdo.
Lo que les puedo asegurar es que nunca vi tanta gente hecha mierda.
Creo que, en promedio, estábamos así de crudos:
Lo destacable es que después de todo eso (y haberme tirado una horita al volver) haya ido a trabajar.
Eso sí que se llama ponerle ganas a lo que uno quiere. Hay que sacrificarse, romperse el lomo y yo me lo rompo. Para todos ustedes, giles.
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