Di orden de ir a buscar mi caballo al establo. El criado no me comprendió. Fui yo mismo al establo, ensillé el caballo y monté. A lo lejos oí el sonido de una trompeta, le pregunté lo que aquello significaba. Él no sabía nada, no había oído nada. En el portón me detuvo, para preguntarme:” ¿Hacia dónde cabalga el señor?’
”No lo sé —respondí—. Sólo quiero irme de aquí, solamente irme de aquí. Partir siempre, salir de aquí.’
”¿Conoces, pues, tu meta?’, preguntó él.
”Sí —contesté yo—. Lo he dicho ya. Salir de aquí: ésa es mi meta.’
Hace un año lo leí y, extrañamente, no quedó plasmado acá.
Un año después lo hago porque sí.
Hoy va a ser un día MUY productivo. Lo increíble (para ustedes, para mi no porque es moneda corriente) es que mi día está arrancando en este momento. Funny, huh?
Cuenta regresiva para la tinta en mi brazo.
3 comentarios:
sin el tufo desaparece el blog
Es MUY buena tu teoría, pero yo agregaría que tambien desaparece cuando no tengo ni tiempo más que para laburar, dormir y salir a hacer algo de vez en cuando...
sin el tufo desaparece el blog
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