No tenía poder sobre nada. Y ahí fue cuando sentí ese sentimiento que me cobijaba como una frazada tibia.
Sabía que, de alguna forma, tenía que mantenerme vivo. De alguna forma. Tenía que seguir respirando. Aunque no hubiese razón ni esperanza.
Mi lógica me decía que nunca iba a volver a ver este lugar. Así que eso fue lo que hice. Me mantuve vivo. Seguí respirando.
Y un día quedó demostrado que mi lógica se equivocaba porque vino la marea y me trajo una vela para mi barco. Y ahora, acá estoy. De vuelta. En Memphis, hablando con vos. Tengo hielo en mi vaso... Y la perdí otra vez.
Sin embargo, estoy muy contento de que ella haya estado conmigo en esa isla... Y ahora sé lo que tengo que hacer. Tengo que seguir respirando. Porque mañana va a salir el sol. ¿Y quién sabe lo que puede traer la marea?
Obvio que no estoy en Memphis, ignoren eso.
Gracias Tom Hanks por hacer que la vida valga la pena.
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