El 17 de junio es feriado en la provincia de Salta y, para conmemorar el aniversario de la muerte de Güemes, salió ir a Vaqueros a la 10ma Serenata al Heroe Gaucho.
Con bastante frio, Mario, Leo, el ColoX, Nacho y quien les habla nos pedimos unas buenas empanadas, un tintillo [bue...] y una Coca antes de entrar para contrarestar la temperatura (?).
Niños que ofrecian coca (de coquear), petacas (de quién sabe qué) y hasta rama [jajaja] no faltaron a la cita folcloreña. Mis compañeros (al grito de "dame vino!") y yo nos adentramos al complejo municipal donde nos esperaban unas ¿5000 personas? bailando al son de las guitarras y los bombos [a la mierda, como estoy].
Una vez adentro, había que darle una oportunidad a todas esas cosas que nunca le había dado. Después de un par de barbudo con poncho que tocaban temas que más o menos conocía y contaban chistes malísimos, aparecieron Los Huayra.
Ahora lo importante. Cuando las cosas hay que admitirlas, yo las admito: se puso demasiado en algunos temas, lo que me obliga a replantearme esto de no escuchar folclore (sea el que sea).
Después de estos muchachos, hubo un par de tipos desconocidos (creo) hasta que aparecio mi amado Chaqueño Palavecino [espero que hayan cazado el sarcasmo].
Dimos muchas vueltas por el lugar encontrandonos con conocid@s al grito de frases clásicas como:
- "¡Cocaaaaaaaaaaaaaaa! ¿¡Donde venden cocaaaaaaaaaaa!?"
- "El es Agustín, el inventor del pico saludo ;)"
- "Come back! Come back! Jaaack! *sonido de silbato*"
- "¡Como pega el sol acá loco!" (Pasando por al lado de fogones de leña inmensos)
- "¿Como va Banfield?"
- "¿Que te pasa Clarín, estas nervioso?"
- "Te quiero mucho."
Tipo 4:30 nos largamos porque sino con la avalancha humana no saliamos mas de ahi.
"Golazo" para mi, 1-0.
Capitulo aparte, el control de alcoholemia.
Dejamos a Nacho y a Mario en sus respectivos hogares y los tres mas facheros del basquet nos fuimos a perder 5 pesos cada uno en menos de 10 minutos ("Si te sale un As, te queres matar").
Esta fue, a grandes rasgos, la noche de anoche. Nada de otro mundo, pero una buena historia para este pequeño espacio.
Los quiero mucho. Yo.
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